El Sauna, lugar donde se dejan escapar todos los instintos de animal, donde se busca una presa, donde se busca una piel de gordo para colocar junto a las demás que forman parte de nuestros trofeos de conquista.
El Sauna, sitio donde se huele a eucaliptus, donde se huele a hombre, donde se huele sexo.
Cada vez que ingresaba a un sauna sentía como la adrenalina se liberaba por todo mi cuerpo, dejándome una sensación de temblor, ante el regalo visual de ver los primeros cuerpos cubiertos solo con una toalla.
Hay muchos Saunas en Buenos Aires, los exclusivamente homo y los que no lo son, estos últimos también plagados de homos pero con otra atmosfera, una atmosfera a prohibido y a varón. Ser varón es muy diferente a ser solo hombre, es ser masculino, es ser todo lo que implica la palabra varón.
Pero volviendo a los Saunas, son una sensación increíble, sentirte un león en una selva plagada de cervatillos que esperan ser cazados, mordidos, vejados, pero sobre todo amados.
Luego de desnudarte ingresas a él sauna propiamente dicho , vestido únicamente con una toalla o paño cubriendo tus partes intimas , a modo de pollera ; hay quienes llevan sus toallas como polleras largas hasta los tobillos , otros más a la moda la llevan doblada hasta las rodillas y algunos más osados como mini , son estilos que pueden dar una imagen descriptiva.
Una vez vestido con la toalla ingreso por todos los sectores del sauna, buscando a quien cazar primero, busco en el baño seco, con calor extremo, busco en el húmedo con tanto vapor que no se puede ver mas allá de un metro de distancia, sigo por las duchas, las salas de relax y por todos los sectores que pueda y tenga el lugar.
Hasta dar con ese gordo que me provoque al extremo , que me anime a sacar mis colmillos para hundirlos en su cuello , en su nuca , en su espalda , en su culo , en sus huevos , en su pija en sus tetas , ese gordo que me convierta en ese animal que solo busca hundir su pija en el ; para luego salir a buscar otro….